Medio día sin ti, y siento que mi mundo se derrumba. Me siento como un diente de león, que planea al ritmo de la brisa que se deja llevar sin rumbo alguno, así estaba hoy.
En mis oídos los auriculares con el sonido de nuestra canción, hacian que mi conexión con mi alrededor fuera todabía más insignificante. Apenas era capás de captar los movimientos de los demás para no perderme.
Si hubiera sido por mi; escparia de ese infierno que era el liceo y me hubiera ido hasta donde te encontrabas, creeme las ganas no me faltaron, lo pensé dos veces pero en la tercera abrí los ojos, era imposible.
Así toda la tarde, parcialmente desconectada del mundo. Hasta que me hicieron apagar el celular y me undí en la depresión sentimental, apenas me distraje viendo cuerpos de gente difunta que los donó para que después los disecaran y se viera como eran por dentro, impactante. Aún así, no consiguió desconectarme de tí, porque mis ganas de hablarte estaban presentes todo el tiempo.
Cuando mis ganas estaban siendo derrotadas por la realidad de mi alrededor, en la radio del lugar donde estaba sonaba: "y nada impedirá que te ame" en ese instante me acordé de ti. En una de nuestras charlas me dijistes que te gustaba esa canción y otra vez; mi mente volvió a irse de la realidad y no ha vuelto; solo por pequeños instantes vuelve, cuando es estremadamente necesario; porque ultimamente no he necesitado nada más que a ti.
No sé si será que estoy enamorada o qué, pero sea lo que sea; me gusta la sensación que me provoca. Por primera vez siento algo que es mutuo y la culpa o el miedo a ilucionarme solo yo, son casi nulas; o por lo menos eso creo por ahora.